La dieta entre las causas del cáncer: resultados del Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC)

Durante muchos años los científicos han venido realizando investigaciones que ayuden a enfrentar el cáncer. Entre los diversos esfuerzos que se han realizado para comprender mejor este mal, están las investigaciones que buscan identificar las causas del cáncer en lo que comemos.

Uno de los más importantes aportes que se han hecho en los últimos años sobre este tema es el Estudio Prospectivo Europeo sobre Nutrición y Cáncer (EPIC). En este trabajo se buscó entender mejor la relación que existe entre la dieta y el cáncer. Es decir, cuánto influye lo que comemos en contraer esta enfermedad.

Alcance del estudio

El estudio se llevó a cabo en Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, Dinamarca, Francia, Noruega, España, Suecia y Reino Unido. En total participó medio millón de personas, entre hombres y mujeres con edades entre los 35 y 70 años.

Uno de los aspectos más interesantes de esta investigación sobre la alimentación como causa del cáncer es que se utilizó una tabla de composición de alimentos estandarizada para analizar los nutrientes presentes en los alimentos en todos los países participantes. También se incluyó como insumo otros estudios de EPIC sobre la relación de diversos grupos de alimentos y nutrientes con el cáncer de pulmón, de próstata, de mama y colorrectal, así como hábitos alimenticios, el sedentarismo, el consumo de alcohol y la obesidad.

Principales causas del cáncer

Siempre hemos escuchado que el cáncer es hereditario. Pues bien, uno de los descubrimientos del estudio sobre la nutrición humana como causa de cáncer es que la gran mayoría de casos se dan por factores ambientales y modo de vida, no por herencia. Entre estos factores destacan la alimentación, el tabaco, las infecciones, la obesidad, el alcohol. También se mencionan otros como la exposición solar.

¿Pero qué significa que solo un mínimo porcentaje (solo un 5 a 10%) de las causas del cáncer esté relacionado con factores genéticos-hereditarios?

Sencillamente que, al estar la gran mayoría de las causas del cáncer relacionadas al entorno y a cómo nos alimentamos, ofrece grandes posibilidades para prevenir el cáncer. Es más, el estudio precisa que la alimentación representa entre 30 a 35% de causas, de manera que cuidar nuestra dieta, controlar nuestro peso y realizar actividad física están consideradas como medidas para disminuir el riesgo de sufrir cáncer.

Dieta recomendada según tipos de cáncer

El gran alcance del estudio permitió a los científicos ir más allá. Es así como lograron establecer ciertas relaciones entre lo que comemos y algunos tipos de cáncer. 

Cáncer colorrectal: favorece la reducción del riesgo el consumo de más calcio, fibra, vitamina D y pescado, y de menos alcohol y carnes rojas y procesadas. Si a esto se le añade dejar el cigarrillo y realizar actividad física, se tendrá un estilo de vida más saludable.

Cáncer de pulmón: la primera idea que nos viene a la mente para evitar el cáncer de pulmón es dejar el tabaco. Pero según los hallazgos del estudio, la alimentación también juega un papel muy importante, especialmente con la inclusión de frutas y verduras en la dieta diaria que disminuyen el riesgo de padecer esta enfermedad.

Cáncer de mama: en las participantes mujeres del estudio se encontró que consumir grasas saturadas y beber alcohol en exceso o de manera regular aumentaba el riesgo de cáncer de mama. En mujeres posmenopáusicas, el mayor riesgo iba de la mano con la obesidad y la falta de actividad física.

Cáncer de próstata: en el caso de los hombres, se descubrió una relación entre el alto consumo de proteínas lácteas y calcio de los productos lácteos con una mayor incidencia del cáncer de próstata. 

Estos resultados confirman que son necesarias estrategias de salud pública y actividades de prevención primaria relacionadas con la nutrición para combatir las causas del cáncer.

Antes que etiquetar los alimentos en buenos y malos, es mucho más importante observar nuestras costumbres alimenticias y el estilo de vida que llevamos. Combatir la obesidad y el sedentarismo y aumentar la actividad física son cambios que afectan de manera importante a nuestra calidad de vida y evitan el desarrollo de diferentes enfermedades crónicas, entre ellas el cáncer.

Fuente: Elena Salamanca-Fernández, Miguel Rodríguez-Barranco, María José Sánchez. Nutrición Clínica en Medicina. Vol. XII, Número 2, pp. 61-79. 2018.