Noticias
Gran descubrimiento en tratamientos para el cáncer de páncreas: los antihipertensivos
En las últimas décadas la evidencia sobre los efectos adversos de varios tratamientos para el cáncer ha sido abrumadora.
Felizmente, entre las investigaciones que se desarrollan en el mundo están aquellas que buscan nuevas alternativas -como la inmunoterapia pasiva contra el cáncer- que signifiquen mínimos efectos secundarios en los pacientes. Uno de estos hallazgos se dio recientemente en la lucha contra el cáncer de páncreas.
Un cáncer muy agresivo
En los Estados Unidos, el cáncer de páncreas figura en el cuarto lugar en mortalidad debido a su agresividad. En la actualidad, entre los tratamientos contra este cáncer la cirugía se mantiene como la única que logra una mayor sobrevivencia, pero solo se puede intervenir al 20% de pacientes debido a que el diagnóstico suele ser tardío.
Antecedentes del estudio médico
La investigación se llevó a cabo en Emilia Romaña, región ubicada al norte de Italia, por un equipo de especialistas de la Universidad Thomas Jefferson (UTJ) de los Estados Unidos. El grupo de estudio se dedicó a revisar el registro de más de 8 mil pacientes de cáncer de páncreas en la zona, registrados y monitoreados entre los años 2003 y 2011.
Los investigadores tuvieron acceso a las historias médicas de todos, gracias a lo cual pudieron descubrir diferencias entre aquellos pacientes que habían tomado algún antihipertensivo frente a los que no los tomaron.
¿Antihipertensivos en tratamientos para el cáncer?
La información de muchos pacientes estudiados indicaba que además de tener cáncer de páncreas también tenían problemas de presión arterial. Esto hacía necesario que sumaran la toma de hipertensivos a sus tratamientos para el cáncer. Entonces se decidió comparar dos grupos: los que habían y los que no habían tomado estos medicamentos.
De estudios anteriores ya se podía entrever esta relación, pero eran muestra menores que no permitían conclusiones sólidas. En este caso, el mayor tamaño de la muestra así como la calidad de los datos obtenidos, le permitieron al estudio de la UTJ identificar mejor una potencial participación de estas medicinas en los tratamientos para el cáncer de páncreas.
Qué antihipertensivos fueron incluidos en el estudio
La angiotensina es una sustancia vasoactiva que en muchos casos es responsable de daños en los vasos sanguíneos que generan alteraciones en la presión arterial. Existen algunos fármacos que controlan estos efectos de la angiotensina en el sistema sanguíneo de los hipertensos y es precisamente en ellos en los que se enfocó la investigación.
Se clasifican en dos tipos: los antagonistas de la angiotensina II (ARAII), como el Losartán, y los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA), como el Ramipril.
Hallazgos alentadores
Sucede que la angiotensina también está vinculada al crecimiento de los tumores cancerígenos, lo que se confirmó con los resultados al momento de comparar la sobrevivencia en pacientes de cáncer con y sin uso de antihipertensivos.
Así, aquellos pacientes que tomaban antihipertensivos tipo ARAII tuvieron 20% menos riesgo de mortalidad, mientras que los que habían sido recetados con antihipertensivos tipo IECA mostraban 13% menos riesgo a tres años de diagnosticado el cáncer. Ambos en comparación con los pacientes oncológicos no hipertensos.
Ventajas de los antihipertensivos en tratamientos contra el cáncer
Comparados con algunos tratamientos para el cáncer como la quimioterapia, los antihipertensivos representan mínimos efectos adversos para el paciente oncológico. A esto se le suma su bajo costo como factor decisivo para el incremento de su alcance.
Son precisamente estas dos ventajas las que motivan una de las conclusiones del estudio, que señala la urgencia de la ampliación de las investigaciones para introducir los antihipertensivos en los protocolos de los tratamientos contra el cáncer. Esto beneficiará especialmente a aquellos pacientes con peor pronóstico o que tengas opciones limitadas de tratamiento debido a las características específicas de su enfermedad o a sus posibilidades económicas, entre otros factores.
Resulta alentador confirmar que la ciencia esta aprendiendo a priorizar el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes de cáncer en sus esfuerzos, por encima de opciones que solo muestran logros oncológicos y pasan por alto sus efectos adversos. En la medida que nuevos estudios con esta visión se multipliquen, la atención a pacientes oncológicos se hará más humana.
Fuentes:
