Evolución de la inmunoterapia contra el cáncer en el tiempo

Es cierto que desde los años noventa hasta hoy se han reducido los casos de fallecimiento por cáncer en 25% y la esperanza de vida, más allá de los 5 años de diagnosticada la enfermedad, ha aumentado a casi 40%. Sin embargo, la mortalidad anual por cáncer a nivel mundial aún supera los 10 millones de personas.

Felizmente, una metodología científica distinta se viene abriendo paso: la inmunoterapia contra el cáncer. Y aunque su aplicación en pacientes oncológicos en la actualidad no llega al 5%, sus avances a lo largo de la historia y su particular enfoque en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas le garantizan un cada vez mayor protagonismo en la lucha contra el cáncer.

A diferencia de otros tratamientos que atacan directamente al tumor, como la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia, la inmunoterapia tiene como objetivo ayudar al sistema inmunológico a identificar y acabar él mismo con las células tumorales. Esa es la razón por la cual cada vez más profesionales y centros oncológicos aplican la inmunoterapia contra el cáncer en el mundo.

Pero, ¿cómo es que la inmunoterapia llegó a ser una de las armas contra el cáncer más innovadoras? Para descubrirlo, debemos remontarnos 130 años en la historia de la ciencia médica.

1891

El cirujano estadounidense William B. Coley observó que algunos pacientes con tumores incurables mejoraban luego de infectarse con una bacteria llamada Streptococcus pyogenes.

Eso le bastó para dedicar el resto de su vida en desarrollar un tratamiento mediante la inyección de esta bacteria en los pacientes.

Su esfuerzo significó una mejora notable en el 10% de los enfermos e incluso consiguió que los tumores se redujeran en algunos de ellos.

1964

En el Perú, el tratamiento de cáncer a través de la inmunoterapia cuenta con el Dr. Alberto Giles como su representante más importante. Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor San Marcos en 1934, desarrolló una investigación pionera sobre inmunología que llevó a la creación y aplicación de la que denominó como “inmunoterapia pasiva específica” en el tratamiento del cáncer.

La primera aplicación de inmunoterapia del Dr. Giles en el tratamiento de un caso de cáncer fue en 1964 (casi una década antes que la creación de anticuerpos monoclonales por Köhler y Milstein), y fue todo un éxito.

En los siguientes años llegó a tratar a doscientas personas e incluso él mismo terminó siendo su propio paciente, cuando a la edad de 93 años fue diagnosticado con cáncer de glándulas salivales. Su tratamiento, nuevamente, resultó positivo. El Dr. Giles falleció a los 97 años, sin evidencia de cáncer.

1975

George Köhler de Alemania y César Milstein de Argentina consiguen crear los anticuerpos monoclonales, es decir, anticuerpos puros que reaccionaban contra determinados antígenos. Esto lo consiguieron fusionando células de mieloma con linfocitos. La pureza de estos anticuerpos les permite unirse a los antígenos, convirtiéndose en una herramienta muy útil para diferentes procedimientos diagnósticos.

Por su trabajo, ambos científicos recibieron el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1984.

1990s

James Ellison de los Estado Unidos y Tasuku Honjo de Japón enfilaron sus estudios hacia nuevos tratamientos para los tipos de cáncer más letales. Sus investigaciones analizaron los mecanismos de desarrollo y activación de los linfocitos T (también conocidos como células T), actores vitales en la defensa de nuestro sistema inmunológico.

Ambos científicos identificaron moléculas en el interior de los linfocitos T que podían bloquearse con fármacos, haciendo que estas células inmunes se activaran y pudieran reconocer mejor un tumor para acabar con él. En el caso de Ellison, la molécula objeto de estudio fue la proteína CTLA-4, mientras que Honjo se encargó de la proteína PD-1.

El trabajo del inmunólogo norteamericano permitió la creación del primer medicamento oncológico contra el melanoma metastásico en 2011, mientras que los hallazgos del japonés decantaron en tratamientos efectivos contra el cáncer de pulmón, de piel y renal, así como el linfoma. Posteriormente, fueron galardonados nada menos que con el Nobel de Medicina en el 2018.

2003

El legado del Dr. Giles en la lucha contra el cáncer se refleja hoy en el trabajo del Dr. César Núñez, quien le tomó la posta en Perú en el año 2003 perfeccionando la inmunoterapia pasiva específica. El Dr. Nuñez aplica una nueva modalidad de dicha metodología, la cual mejora la capacidad del sistema inmunitario para eliminar células cancerosas.

La renovada calidad de vida y la esperanza devuelta a cientos de pacientes atendidos por el Dr. Núñez es fiel testimonio del poderoso aporte del Dr. Alberto Giles en el desarrollo de la inmunoterapia como tratamiento contra el cáncer.

Hay aún mucho camino que andar en el desarrollo de la inmunoterapia contra el cáncer, pero tal como se pudo ver en esta breve línea de tiempo, las bases para continuar reduciendo la mortalidad y aumentando la esperanza de vida de los pacientes con menores o mínimos efectos secundarios son sólidas y las perspectivas mucho más que alentadoras.

Fuentes: MEDICINA (Buenos Aires) 2018; 78: 336-348 , El País , Química Viva , El Economista